Brevísima cronología de cómo arruinamos el nombre de una persona por las dudas.

En la tarde del 1º de septiembre la tranquilidad de Barrio Norte de la ciudad de Alta Gracia se vio perturbada por un espectacular operativo policial ordenado por el fiscal de Emilio Drazile en un conjunto de departamentos ubicado en Uruguay 452.
La denuncia señalaba que en el lugar se podría estar ejerciendo la prostitución infantil, por lo que el caso atrajo las miradas de todos los medios, varios de ellos sin pudor de mostrar a la propietaria, Ana Lirón, a cara descubierta, relacionándola con un hecho del que nada pudieron probarle.
Ana fue detenida bajo el cargo de “hurto de energía eléctrica”-eso sí, tenía colgado los ganchos- y liberada a los 3 días por no existir ningún otro elemento que la vincule la denuncia que desencadenó el allanamiento.
“La corrupción de menores es algo gravísimo, yo tengo un nieto, una familia. Esto pasan los años y va a quedar. Yo me voy a morir y dentro de 20 años le van a decir a mi nieto que la abuela tenía pornografía infantil, ¿a vos te parece justo?”, dijo Ana a El último kiwi del mundo.
Sin embargo, habría evidencia suficiente para comprobar que el lugar funcionaba como albergue transitorio no autorizado.
¿Es este motivo suficiente para poner el rostro de la detenida en la portada de un periódico?, ¿dijo algún medio de prensa que el terreno de la dirección allanada pertenecía mitad a ella y la otra mitad a su hermana, quien habría hecho la denuncia?, ¿alguien leyó en algún lado que los videos que encontraron estaban en los departamentos que alquilaba la hermana?, ¿darán los medios la noticia si finalmente no se encuentra nada que relacione a Ana con la corrupción de menores? Preguntas que tal vez debamos hacernos a la hora de entender que un teclado puede ser un arma.

Pueden escuchar al Fiscal Emilio Drazile explicando que no puede hacerse responsable por la actuación de los medios.